LaRecherche.it
Scrivi un commento
al testo proposto da Loredana Savelli
|
|||
Parlo con te, ignoro dove sei, verso quale luce cerca il mio Essere
l’eco in cui ti ascolto. Non c’è usura nella tua voce, io so che un’aria tersa ti respira, che qualcosa che redime, una chiarità che trascina il fiume, porta il tuo pensiero. Parlo con te, un’intatta passione vive nel tuo fosforo, un’unica luce che non si spegne mentre la morte fluisce, mentre la morte soffre questa parola. Io parlo, parlo con te al bordo di un vuoto, al bordo di me stesso come colui che gira mutuo, come ciò che dentro noi è prossimo e s’avvicina col suo fascio luminoso di purezza. Parlo di fronte al destino che immagina l’uomo, di quello abbandonato, di quello delirante e oscuro parlo con te. Ed è notte, è notte in entrambi come metallo oscuro, e vediamo come lungamente la verità estende il suo unico filo di saliva, un unico alfabeto nel rumore di tutti. Parlo con te, oh bontà compartita di chi è silenzioso, ombra di quest’ombra che aleggia ed è volo di somigliante eloquenza, colui che scrive, colui che ascolta, colui che foglio a foglio infila nell’eco una voce che risponde, quella voce in me stesso, quella che ci illumina e persuade da oltre la morte. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - In lingua originale: Hablo con tigo, ignoro dónde estás, hacia qué luz busca mi Ser el eco en que te escucho. No hay usura en tu voz, yo sé que un aire limpio te respira, que algo redentor, alguna claridad que arrastra el río, lleva el pensamiento tuyo. Hablo con tigo, una intacta pasión vive en tu fósforo, una única luz que no se apaga mientras la muerte fluye, mientras la muerte sufre esta palabra. Y hablo, hablo con tigo, alrededor de un hueco, alrededor de mí como el que gira mutuo, como aquel que dentro de nosotros es próximo y se acerca con su haz luminoso de pureza. Hablo ante el destino que imagina el hombre, eso de desvalido, eso de delirante y turbio hablo con tigo. Y es de noche, es de noche en los dos como metal oscuro, y vemos como largamente la verdad extiende su único alfabeto en el rumor de todos. Hablo con tigo, oh bondad compartida de quien es silencioso, sombra de esa sombra que aletea y es vuelo de semeyante elocuencia, el que escribe, el que escucha, el que lámina a lámina va enhebrando en el eco una voz que responde, esa voz en mí mismo, la que nos alumbra y persuade desde más allá de la muerte. (Introduzione e traduzione a cura di Tomaso Pieragnolo. Juan Carlos Mestre, Elogio de la palabra, 2009, Fundación Casa de Poesía, San José, Costa Rica :: tratto dalla rivista Sagarana). |
|